Cuando sopla el viento...

¡Hola amantes del estilo!

Esta semana ha hecho el tiempo ideal para cogerse un buen resfriado: sol y viento a ratos. En conclusión, había momentos en los que me tenía que quitar hasta el abrigo del calor, y otros en los que el frío se me colaba hasta por los rotos de los pantalones.


Hoy os quería hablar de ese gran momento en que decidimos vestir mejor para sentirnos más guapos/as e ir por la vida pisando fuerte. Ese momento en el que el armario se nos cae encima y no vemos manera de salir porque tenemos mucha ropa que ya no nos define, y otra que ya no sabemos si sí o si no. Hace algún tiempo hablé en este blog de algunas claves para cuando estamos en ese punto, y remarcaba la importancia de tirar aquello que sepamos que no nos vamos a poner. Pero a veces esto es algo que no podemos hacer, pues la economía es la que es, y no podemos permitirnos quedarnos a cero en nuestro armario.

De hecho, me enfadé un poco cuando una vez una consultora de belleza me dijo que al probar sus productos ella misma había adquirido el lote completo y había tirado su rutina facial anterior a la basura. Y yo le indiqué que esto era imposible en mi caso, porque había invertido un buen dinero en mis productos  actuales y no podía tirar todo sin más.

¿Qué podemos hacer entonces? Creo que es importante desvincular las prendas de nuestro estilo anterior. Cojamos esa camisa o pantalón y démosle otro toque, otro estilo. Podemos probar a cogerlo como si fuera nuevo, como si lo acabáramos de comprar. Y combinarlo de otra manera para no entrar en viejas rutinas.

Por eso os traigo hoy un outfit con una camisa que hacía muchísimo que no me ponía porque, aunque había decidido guardarla, ya no la veía encajar en la manera que tengo de vestir ahora.

 

 

Estos botines que ya me visteis en este post le dan un toque de distinción a cualquier outfit. Para elevar el estilismo, decidí meter la camisa por dentro, y así remarcar mis curvas. Para un acabado más messy, o desarreglado, podemos meter solo una parte de la camisa por dentro.

 

 

Para darle al look un toque más roquero opté por una bandana al cuello y este bolso de tachuelas. Podéis consultar este post sobre diferentes formas de lucir una bandana, porque creo que este accesorio nos salva de un apuro. Para equilibrar el outfit y darle un toque despreocupado, opté por un abrigo largo en negro.
 

Este estilismo lo utilicé para ir a una reunión informal, por lo que era importante la comodidad. Hacía mucho viento (a ratos) y bastante frío (a ratos). Aun así me lancé a hacerme algunas fotos sin el abrigo para que pudiérais ver este sencillo pero efectivo outfit.

Espero que esto os anime a coger esa prenda que íbais a tirar y a darle un giro.

¡Un saludo enorme!

J.